El Tercer Foro Internacional realizado recientemente en Barcelona, con el título Después de la infancia, Autismo y política se inscribe en una serie: el primero tuvo lugar en 2010 y fue dedicado a Autismo y evaluación, Lo que la evaluación silencia, y el segundo, realizado en 2015 se llamó Autismo y educación, ¿insumisos de la educación?
Sus directores, Neus Carbonell e Iván Ruíz, trabajaron con esmero hasta conseguir reunir, en un ambiente alegre y vivo, la participación de autoridades de la Generalitat de Catalunya, psicoanalistas, afectados, familias, educadores. En tres lenguas! castellano, francés e italiano. Los testimonios, las viñetas, los videos y actuaciones, se alternaban con mesas redondas donde fueron presentadas las investigaciones actuales en la concepción del autismo y las peculiaridades de su tratamiento en distintos dispositivos institucionales de diferentes países: Francia, Italia, España, Bélgica, Argentina, Guatemala…[1]
En muchas de las contribuciones de la preparación al Foro[2] se hizo hincapié en la necesidad de dedicar una especial atención al tránsito de la pubertad debido a la delicada transición que supone ese momento vital para todo ser hablante, y en particular en el caso del autismo, debido a las crisis que pueden desencadenarse, llegando en ocasiones a perturbar el frágil equilibrio conseguido durante los primeros años.
Es un hecho tan frecuente como lamentable que se recurra a los fármacos, aún a sabiendas de que no existe una medicación específica para el autismo. Los momentos de agitación son tratados con neurolépticos y opiáceos, a veces en elevadas dosis, llegándose incluso a aplicar la violencia física, con castigos o sujeciones forzadas. Varios centros franceses han sido denunciados debido a las prácticas punitivas ejercidas sobre pacientes autistas[3] y han sido encausados por malos tratos. Los rebeldes e insumisos a las normas, desencadenan respuestas autoritarias e inclementes cuando sus comportamientos son considerados agresivos o violentos. De ahí la urgencia de dar a conocer Otra manera[4] de tratar el autismo desde la orientación lacaniana del psicoanálisis.
El marco de la reflexión lo encontramos en la conferencia de Jacques-Alain Miller que, con el título Enfants violents, clausuró las jornadas de l’Institut de l’enfant que tuvieron por título Aprés l’enfance[5]. Destaca Miller la precisión con la que es necesario explorar el fenómeno de la violencia en los niños, siendo preciso indagar si se trata de una pura irrupción, “sin frase” o si puede formularse en palabras. Si se manifiesta como reacción a una intrusión o si está vinculada a una demanda de amor.
En el caso del autismo y teniendo en consideración las últimas elaboraciones de Jean-Claude Maleval expuestas en el Foro, es posible situar más precisamente las irrupciones de agresividad o violencia y captar la lógica a la que responden.
La especificidad de la estructura autística, inicialmente descripta por Rosine y Robert Lefort, es postulada por Maleval teniendo en cuenta tres pilares:
a) la retención de los objetos pulsionales, sobre todo la voz, que impide el enganche al Otro.
b) La entrada solitaria en el lenguaje que se opera a partir de elementos aislados y no diferenciados. Esto es, a través del signo y no del significante.
c) Debido a la prevalencia del signo –que representa algo para alguien y establece una fijeza entre la palabra y la imagen- no se llega a producir la caída del objeto causa del deseo.
Lo cual lleva a concluir que el goce del autista no está emparejado con el objeto perdido, ni con el objeto invasor sino, como lo ha reconocido Eric Laurent, por un borde, del cual para el autista es necesario conservar el dominio. Cualquier forzamiento puede acarrear una respuesta violenta u ocasionar automutilaciones, de ahí la importancia de cernir su funcionamiento, que es constitutivo del cuerpo, a la manera de una neo-barrera corporal (Laurent). Este borde se manifiesta en tres encarnaciones: el objeto autístico, el doble y el o los intereses específicos.
Maleval sostiene que la entrada en el lenguaje no se produce en los autistas a través del balbuceo -donde logran expresarse las emociones de placer y pena implicándose el cuerpo en el intercambio con el Otro. Ellos comprenden tardíamente que el lenguaje sirve a la comunicación, considerándolo, en cambio, un objeto sonoro. En el autismo la entrada al lenguaje surge a través de la ecolalia y el grito toma la forma de una manipulación placentera, vinculado a una lengua privada que arrastra como consecuencia una afectividad mutilada. La salida del repliegue autista se vincula pues a un vaciamiento del goce excesivo abrochado a dicho borde mediante desplazamientos y a través de invenciones de soluciones particulares, hechas a medida.[6] La cuestión ética y clínica es clara ¿De qué manera incluirnos en dicho borde?
El secretario que sabe leer
El caso presentado por Bruno de Halleux en la mesa del Foro Políticas del autismo y psicoanálisis ilustra muy precisamente el modo singular en que esta operación se propicia en Antenne 110. El equipo de esta institución belga fundada por Antonio Di Ciaccia redactó el año pasado un documento que lleva por título: Question de bonnes pratiques et autisme.[7] Esta investigación permitió valorar ocho tratamientos del autismo reconocidos y difundidos en Europa y América del Norte. Un abanico que abarca desde métodos cognitivos conductuales duros hasta otros más suaves, algunos incluso se aproximan al psicoanalítico porque toman en consideración los intereses o preferencias del niño, aunque retoman las técnicas duras si el objetivo del tratamiento no se cumple. No obstante, un punto en común se destaca, ninguno de ellos dice nada respecto a la posición subjetiva que ocupa el educador o el terapeuta respecto del niño.
En cambio, en Antenna 110 la práctica se interesa en el Otro del sujeto autista. En palabras de Bruno de Halleux, “partir de las afinidades, de los intereses y preferencias de los niños autistas implica interrogar la relación siempre delicada que se anuda entre el niño y la persona que interviene desde la institución.” Para ilustrarlo, nos habló de Oscar, de cinco años; quien al principio deambulaba en un mundo sin Otro, mostrándose indiferente a las tentativas de establecer con él un lazo de palabra. Circulaba enfundado en su abrigo, apegado a su gorra, su chupete y sus zapatos que mantenía con firmeza puestos en sus pies, incluso para ir a dormir. No decía una palabra. Pierre, miembro del equipo, captó una repetición en la circulación del niño por el espacio institucional que implicaba dos planos. El primero, observaba la furgoneta, durante largo tiempo; al punto que separarlo de ella era vivido como una amputación que despertaba gritos y aullidos al tiempo que su cuerpo caía. Pero había otro plano, más delicado, concerniente al interés con el que el niño examinaba (luego de dar vueltas al vehículo) las letras de la marca del coche, las cifras de la patente y la bandera europea. Pierre tomó la iniciativa de acompañar a Oscar en este circuito solitario y reiterado, nombrando en voz alta las letras, los números y las imágenes. “La apuesta de nuestra clínica se juega en ese momento”, aseguraba Bruno de Halleux, “es el reverso de una posición terapéutica o educativa.”
Así, Oscar se regocijaba luego al reencontrar el mismo signo manifestando indicios de satisfacción visibles en su cuerpo. A partir de ese momento la presencia de Pierre no fue ignorada por el niño sino claramente buscada, pasando a ser incluido en un juego singular que abrió las puertas a nuevos desplazamientos, pudiendo separarse entonces de la furgoneta. E interesarse por los otros niños hasta solicitar ayuda a Pierre para iniciarse en el juego del patinete.
Concluía Bruno de Halleux que la práctica entre varios confiere la posición de “secretario” y ello en la medida en que la formación del practicante está dirigida a “saber leer”, para conseguir “tocar el cristal de la lengua.” Esto es, llegando a diversificar sus reflejos -los de las palabras-, de acuerdo con las íntimas preferencias del niño.
Hogares de la subjetividad
Por su parte, Jean-Pierre Rouillon, durante su intervención en este último Foro, destacó la importancia que adquiere el acogimiento que se brinda en Nonette a niños, jóvenes y adultos afectados de trastornos psíquicos graves. Esta institución es considerada por los padres, organismos de tutela y diferentes profesionales como una alternativa a la psiquiatrización y a la cronicidad. Teniendo en cuenta que se acoge a los residentes para largas estancias, han debido dedicar especial atención al momento de la admisión y a la temporalidad singular que va a desplegarse a partir de entonces, en concreto, cuando el pasaje de la infancia y la edad adulta transcurre en la institución.
El caso de Patricia, comentado por el Director Terapéutico de Nonette, Jean-Robert Rabanel[8] constituye una enseñanza respecto a los efectos de intrusión que pueden producir en el sujeto las demandas cuando se desconoce la función de defensa ante lo real que tiene el borde autístico para el sujeto. Esta joven de 27 años había llegado a la institución en medio de estridentes gritos que parecían ladridos cuando tenía 14. Fue a partir de un delicado intercambio de gestos y sonidos, respetando sus silencios y manteniendo un semblante de conversación, como ella fue accediendo poco a poco a su pacificación y al posterior inicio de una destacable actividad artística.
Daniele Rouillon ha transmitido en su texto Cris & chuchotements[9] el extraordinario trabajo realizado por Patricia durante su estancia en ese lugar de vida en el que ha conseguido transformar sus gritos[10] -(muchas veces repetía He! He! He!) –he-cris– en escritos (é-crits). A raíz del intercambio de una diversidad sorprendente de sonidos, unido a la incansable actividad del dibujo de Patricia (a la que confirió una función de borde), Daniéle supo leer en la particular manera de moverse y gemir de Patricia, un bordado, una coreografía que acompañaba el trazo, una “escritura sonora.”
Una solución no standard
Un aspecto no menos importante que irrumpe con fuerza “después de la infancia” es el de la sexualidad, tematizado por Paola Bolgiani en su ponencia del Foro, subrayando la complejidad que comporta en el ser hablante y el impacto que ocasiona en el cuerpo y en la relación al Otro la puesta en primer plano de las pulsiones y el goce, al imponer una reorganización de las identificaciones a partir de las sensaciones que el sujeto experimenta en sí mismo y en su contacto con el mundo externo. El equilibrio más o menos precario alcanzado hasta el momento puede fragmentarse totalmente a partir de las exigencias nuevas, frente a las cuales los recursos subjetivos se muestran insuficientes u obsoletos.
En Le Villete, institución próxima a la ciudad de Turín, en Italia, una comunidad terapéutica para adolescentes, se ocupan de acompañar a las y los jóvenes que transitan con dificultad ese período de la vida. Era el caso de Pablo, de 13 años, invadido por “comportamientos obsesivos” y grandes dificultades con su cuerpo, que hacían insostenible la vida cotidiana en familia. En efecto, las dificultades testimoniaban una gran confusión respecto a lo que salía y entraba del cuerpo y sus tentativas de regular lo que se presentaba fuera de control se mostraban harto limitadas, por ejemplo, exigiendo que el contenido de la taza en el desayuno estuviera lleno de leche hasta el borde, pero desencadenando una crisis si una sola gota se esparcía en el suelo.
El equipo fue encontrando una primera regulación a partir de los colores, que eran importantes para el chico: sólo comía según preferencias cromáticas. Así fueron organizando una matriz mínima de lo que entra y sale del cuerpo que se fue poco a poco complejizando con otros elementos hasta el momento en que pudo introducirse un cierto orden temporal, aunque tan rígido que no admitía un minuto de error.
Una gran pacificación sobrevino cuando se le escuchó decir ante un retraso: “Puede suceder”, una frase que había escuchado decir a los intervinientes. Más tarde se añadió otra, “No siempre las cosas van bien” y luego: “No somos perfectos” que le han ayudado a soportar lo imprevisto. También lleva consigo un álbum de colores, para colorear una página en caso de que surjan fenómenos inesperados en su cuerpo. Ciertamente, Pablo ha confeccionado una modalidad no standard para afrontar la sexualidad en la época de la pubertad.
Un nuevo semblante, un nuevo nombre
La ponencia de Claudia Lijtinstens ilustraba el acogimiento respetuoso del sujeto en una institución que no se propone como fin la contención sino colaborar en la invención de una solución singular. Fue ilustrado con el trayecto realizado por un joven de 17 años en la Fundación Avenir, en Córdoba (Argentina).
Había llegado a la institución en un estado lamentable; reaccionaba con agresividad, profiriendo amenazas y manifestando un rechazo tenaz a permanecer allí, reclamando a gritos su libertad. Se paseaba como un animal enjaulado vociferando con todo detalle trozos de películas infantiles en las que un personaje (en general un animal salvaje) bregaba por liberarse del cautiverio. También emitía continuamente un abanico de sonidos, desde un feroz bramido al suave quejido de un animal indefenso.
Habiendo detectado los miembros del equipo una predilección por los signos femeninos, le ofrecieron incluirse en un taller titulado “el cuidado del cuerpo” donde encontró su lugar; aceptando la proximidad de los intervinientes. La pacificación advino a través de la negativación del goce desamarrado y mortificante mediante la confección de un nuevo semblante, asociado a un flamante corte de pelo y a la transformación de su nombre porque, explicó, “decirlo entero era muy completo” y eso lo perturbaba.
Los observatorios sobre políticas del autismo en la AMP
Tal y como lo ha expuesto Eric Laurent, fue a raíz de la movilización de los afectados, sus familias y los practicantes reclamando métodos humanistas como llegó a frenarse en Francia[11] la tendencia a imponer el método ABA como único tratamiento del autismo, tal y como había sido “recomendado” por la Haute Autorité de la Santé en el año 2012.
Sin embargo, y a pesar de esta conquista democrática, la batalla no terminó, sino que se fue desplegando en varios frentes.
Fue un gran acierto el de Miquel Bassols al proponer, en el año 2014, la formación del Observatorio Internacional de Políticas del autismo. En 2016 fue presentado un informe traducido en las cinco lenguas del Campo Freudiano, y realizado por los responsables de cada Escuela y un grupo de colaboradores[12]; una herramienta de gran importancia a la hora de valorar el estado de la cuestión en diferentes países. Coincidiendo con el la Asamblea que tuvo lugar al finalizar el X Congreso de la AMP, M. Bassols decidió que, para favorecer su funcionamiento, dicho Observatorio se situara en dos ramas, FAPOL Y EFP.
Se verifica a escala global una tendencia bastante uniforme a promulgar una ley específica sobre el TEA, que lo sitúa por fuera de la discapacidad, aunque cierto es que viene siendo objetada en algunos países, sobre todo a partir del abandono y la desprotección que se comprueba después de la infancia. Mientras tanto, ha proliferado la elaboración de “recomendaciones” o “guías de la buena práctica” en forma de protocolos para el diagnóstico temprano del TEA dirigidos a la unificación y estandarización de actuaciones que atañen al tratamiento en el ámbito educativo según las políticas de inclusión. Una operación que tiende a consumar la forclusión de la clínica[13] desconociendo el sufrimiento subjetivo.
La batalla del autismo ha tomado fuerza en el Siglo XXI y seguramente su alcance va a extenderse, por tratarse de un síntoma de la civilización.[14] En este sentido, el Foro Autismo y política tiene el valor de hito histórico[15] en cuanto a la importancia de la puesta en común de las dificultades y los hallazgos en la gran conversación sobre el autismo que promueve la orientación lacaniana de psicoanálisis.
Vilma Coccoz
Responsable del Observatorio Políticas del autismo EFP
[1] La reseña de la jornada puede leerse en: http://www.europsychoanalysis.eu/
[2] autismos.elp.org.es
[3] El último caso en Roubaix los primeros días de abril, según la información disponible en Mediapart.
[4] Alusión al documental Otras voces, dirigido por Iván Ruíz y al subtítulo de los dos tomos dedicados a La práctica lacaniana en instituciones. Editorial Grama 2013/2017
[5] www.apreslenfance.com
[6] Eric Laurent, La batalla del autismo. Grama 2013. P. 79
[7] www.antenne110.be
[8] Jean-Robert Rabanel. En La práctica lacaniana en instituciones II, Grama. Buenos Aires 2017. P. 63.
[9] En www.vacarme.org. Article 2279
[10] En francés: cris, gritos; écrits, escritos.
[11] E. Laurent, ob. cit. p. 137
[12] Disponible en la página web de la AMP: www.wapol.org/es/
[13] Un grupo de presión, reunido en torno a asociaciones que se caracterizan por una ideología radical, preconiza una ruptura total, no sólo con el abordaje relacional, sino también con la dimensión de cuidados. En nombre de una creencia de acuerdo con la cual el autismo sería un “trastorno” puramente cognitivo, sólo serían admisibles los métodos educativos centrados en el aprendizaje de funcionamientos elementales.” E. Laurent, ibídem. P.13
[14] Eric Laurent, ob. cit., p.210
[15] Varias reseñas del Foro Políticas del Autismo y Psicoanálisis puede escucharse en Radio Lacan y leerse en la web de la EFP.