Referencia bibliográfica:
Vilma Coccoz: Nuevas formas del malestar en la cultura. Olivos (Buenos Aires: Grama ediciones. 2021).
Intervención de Marcela Errecondo (ERINDA- Biblioteca CONVERSACION. 12 de junio, 2021)
Nos encontramos en esta ocasión de conversar sobre su último libro, magnífico, que tengo que decir no es el primero. Ya ha escrito “Freud, un despertar de la humanidad”, “Lo que Lacan sabia”, “La neurosis obsesiva y es compiladora de dos volúmenes “La práctica lacaniana en instituciones”.
ERINDA (espacio Rosarino de investigación del niño en el discurso analítico) miembro de la NRC, se compone de talleres de investigación y también de reuniones de estudio y seminarios clínicos. Hoy hemos invitado a dos integrantes del Taller, los recientemente integrados al Taller, que le formularan a Vilma una pregunta provocada por la lectura de un capítulo de su libro. Leticia Mosconi, sobre “Tres profesiones imposibles” y Esteban Muñoz sobre “La distinción del autismo”
Este cuatrimestre hemos tomado el tema amor y la sexuación, justamente para indagar en los niños y adolescentes de qué manera juegan estas afirmaciones de Lacan: cuando me amas no se trata de sexo y el amor feminiza. Nos parecen temas esenciales cuando vemos en este momento que la sexuación está cuestionada por las teorías de género. y el capitalismo, como nos dice Lacan, se desentiende de las cosas del amor al mismo tiempo que nos encontramos con un “orden de hierro”.
El libro de Vilma Coccoz, “Nuevas formas del malestar en la cultura” ha venido justo a tratar estos temas candentes, ampliarlos, darles un desarrollo muy minucioso. Su recorrido comienza con la sexualidad, como el inicio del psicoanálisis, y toca la actualidad con el estallido del género, la conversación con los feminismos, las profesiones imposibles, la guerra, la clínica del trauma, la Shoah, los sufrimientos en el trabajo, el autismo y sumamente interesante lo que se puede ubicar como los antecedentes freudianos de lo que, desde Miller, llamamos la psicosis ordinaria.
Encontramos verdaderamente la atmosfera de la conversación, como dijo Miller, en donde estamos uno al lado de otros. Vilma conversa con los colegas de la AMP y el Campo Freudiano, con sus escritos, la mención a las producciones de los CPCT, pero también con los intelectuales contemporáneos, con las producciones de actualidad. En cada caso se destaca la pertinencia de la lectura del psicoanálisis, con la brújula de Freud, Lacan, Miller, Eric Laurent. Vilma sabe decirlo y así lo anuncia:
“En este libro he tratado de ilustrar la diversidad de modos en que los psicoanalistas de orientación lacaniana elaboran sus respuestas a las formas que toma el sufrimiento de la condición humana en los tiempos que vivimos y en los que se tejen dilemas intemporales con el hilo de las novedades en un vértigo reeditado por la falta de respuestas. Tierra fértil para el pedido de un manual de instrucciones universal, pero también una oportunidad para la creación de soluciones inéditas. Entre ambos caminos hay q elegir”. (p16)
Su forma de tratar los temas es una bella manera de llegar a la lengua del Otro de nuestra época con rigurosidad manteniendo la originalidad y lo vivo del psicoanálisis apuntando al deber que le corresponde en nuestro mundo (LACAN).
Diría que se pueden encontrar tres ejes: clínico, político y epistémico.
Clínico: se despliegan los diferentes modos en que se presenta lo insoportable de soportar y las maneras variadas en que los psicoanalistas de orientación las abordan. Remarcando sobre todo que la respuesta del psicoanálisis está contra los normativismos terapéuticos apoyados en protocolos para todos de manera uniforme o universal, sino que sostiene la singularidad, para que “el parlêtre recupere su capacidad de trabajar y el deseo ahí en donde el malestar perturba nuestra existencia”.
Político: participando de la conversación con otros discursos teniendo en cuenta lo real propio del psicoanálisis, en este momento de aceleración de los cambios de nuestra civilización. La orientación política implica no someterse a la medicina sanitarista de la época, hoy más presente que nunca, basada en la evidencia que determina el abordaje social contemporáneo.
Epistémico: no puedo dejar de señalar el cuidado que ha puesto para que los conceptos se desplieguen con rigurosidad en la aparente simpleza con que están enunciados. Incluso hay un glosario al final para ciertos términos específicamente psicoanalíticos.
Desde que tuve este libro en mis manos y lo leí se dieron una serie de acontecimientos que no hicieron más que ahondar en estas reflexiones que Vilma desarrolla de manera muy justa: Miller conversa acerca del libro Polémica Política, declara el año trans, hace conocer su dialogo con Eric Marty, se edita el dossier de Lacan cotidiano sobre el tema trans, la mesa redonda de JAM con Catherine Millot acerca de la cuestión trans. El libro de Vilma ha sido como la antesala del torbellino que ha lanzado Miller. Lean el capítulo “El estallido del género”.
Es que justamente el libro se inicia con “El enigma de la vida y la sexualidad“, ese misterio que llevará a una elección de la posición sexuada, y que figura desde el origen del psicoanálisis inventado por Freud, pasando por los primeros desarrollos de Lacan en los Complejos Familiares -todos ellos de una actualidad sorprendente- en donde apreciamos como el enigma de la vida y la sexualidad tocan el punto en donde falla el lenguaje. Ese punto que sin duda también es nodal en el dialogo con los feminismos.
Quiero destacar la importancia que tiene lo que Vilma nos señala con respecto al desvío hecho por Simone De Beauvoir con los desarrollos de Freud, “medir el precio que supone la forclusión de Freud en sus análisis y proposiciones” (92), (como luego lo ha hecho Judith Butler con Lacan). Porque es lo que ha sido tomado por los feminismos y los ha obstaculizado al dialogo en cierta forma, sexualizando el pensamiento y ubicando la cuestión del poder, dejando de lado el significante ya que se trata de que el género es lingüístico y no biológico.
Cita: “Las diatribas contra el psa considerado como ”heteronormativo” se refieren sobre todo, a la incidencia del complejo de Edipo. Valga como ejemplo el éxito recogido por el libro “El segundo sexo” de S de Beauvoir- escrito en 1949 y convertido en estos últimos años en manual de referencia para muchas feministas- donde se ridiculiza sin empacho la obra de Freud con escasas referencias a los textos del autor y en medio de una mezcolanza sin ningún rigor, que acaba entre otros despropósitos identificando a Freud con Adler y estableciendo una simetría entre el Edipo y el complejo de Electra -inexistente en la obra freudiana. Y dejando de lado los avances de Lacan.”
Muy bien podríamos ubicar un Lacan “anti patriarcal”, pero no sin el padre, pues hay que servirse para poder pasarse, haciendo lugar al goce femenino y a una posición no todo fálica.
91, “Lacan precisa que la diferencia castrado/no castrado proviene del “error común” que condiciona el lenguaje al permitir solo la distinción presencia-ausencia: aquí hay , aquí no hay. En cambio, lo que denomina error lógico en la diferencia sexual, se deriva de interpretar la satisfacción femenina a partir de un solo registro, el simbólico, pretendiendo coordinar su libido al falo, el único símbolo del goce sexual.”
Pues al tomar Vilma, los Tres ensayos, nos muestra como Freud fue en la dirección de la despatologización de la homosexualidad, pero no de una forma que diluyera la clínica, como podemos verlo actualmente, sino ubicando al niño como ser de goce y ser de saber.
Freud toma la sexualidad en el estatuto del enigma en tanto es real, Lacan lo ubicará en la imposibilidad de escribir la relación sexual. Así el título de su apartado “respeto por los enigmas”, ¡es en sí mismo toda una orientación!
En la preocupación por el origen, las infancias de hoy, también las llamadas trans, se preguntan (Ansermet) sobre la procreación, la filiación y la sexualidad, se renuevan todas las preguntas y la diferencia de los sexos entra en este estallido de la época que si bien aparentemente desprende la posición sexuada de lo biológico, retorna a lo biológico al querer buscar una adecuación (transición) de la sexuación a lo biológico en la búsqueda de encontrar el cuerpo justo. (para parafrasear a La mujer justa de Sándor Márai)
Esta muy de acuerdo con lo que dice Eric Marty: «Trans es un significante del malestar actual y lo nuevo a ubicar es cómo lo toma la ciencia y la técnica en la ideología del individualismo democrático, en donde el deseo es derecho. Entonces, como dice Vilma, lo relativo a la pregunta por el origen, que anuda lo irrepresentable de la vida, la muerte y la sexualidad es lo que hoy está trastocado», pero no es la pregunta sino lo que han producido las respuestas de la ciencia y la técnica tocando lo real, dejando de lado que el inconsciente es a causa del lenguaje y no de la biología. Y esto se ve particularmente en la cuestión trans. Hoy Schreber podría decir lo que ya vemos desde hace algunos años: “soy hombre y estoy embarazado!”.
Freud tomó la sexualidad teniendo al Edipo como fundamental, al punto que dijo que si no estaba en la teoría psicoanalítica la misma sería un delirio. Hoy estamos en un más allá del Edipo, ya no es actual porque estamos en la era post-paterna, y justamente estamos en la época del “todo el mundo delira”. Pero el psicoanálisis no es un delirio si los analistas pueden estar a la altura de lo real.
(-Me gustaría que dijeras algunas palabras sobre esto)
Vilma muestra muy bien que los desarrollos de Lacan en los años 38, ya había hablado de la declinación de la imago paterna y sus efectos, como también más tarde, planteó al niño como objeto a, liberado de las coordenadas del falo y convertido en objeto de producción, con consecuencias en la modificación de la familia -sin eliminar lo irreductible de la constitución subjetiva. Lo insoportable del sufrimiento infantil y el desamparo de los padres, hoy está en primer plano de nuestra investigación sobre las llamadas infancias trans, nos preocupa que se responda callando el saber del niño, tomando a la letra lo que dice y con una intervención rapidísima tanto en la nominación, como la medicalización (detención de la pubertad por hormonización), que ahoga cualquier pregunta, cualquier desplazamiento, construcción o invención, con el objetivo de acallar el malestar. Anulando entonces el tiempo de comprender.
En su texto, Freud trata la cuestión de la libertad, planteando una cuestión candente actualmente, dice que … la sustitución del poder del individuo por el de la comunidad es el paso cultural decisivo… la libertad individual no es un patrimonio de la cultura…la libertad fue máxima antes de toda cultura… y se pregunta si mediante una configuración cultural ese equilibrio puede alcanzarse o si el conflicto es inevitable p.94
Creo que es una de las tantas cuestiones a la que nos confronta esta época y no solo la cuestión trans. La conquista cultural está basada en la renuncia de la satisfacción pulsional y un consentimiento al goce de la palabra. En la actualidad es muy difícil que se valore la dimensión constitutiva de la falta que da lugar al deseo. Al contrario, la época lo rechaza ubicando el goce en el cenit, dejando de lado las cuestiones del amor y el deseo, lo que sin duda se traduce en angustia. Estamos en la época del “hay el goce”. Podemos pensar que entonces hay un auge de la pulsión de muerte, de la culpabilidad (nombrada tanto en Freud como en tu libro) y el odio de sí. No asistimos a una suerte de melancolización generalizada? sujetos que se suicidan en cuotas?, para decirlo de alguna manera, con los tóxicos, las intervenciones en el cuerpo, la violencia que golpea su kakon? La guerra… y tantas otras maneras!
Quisiera entonces darle la palabra a Vilma, abriendo así a la conversación, antes quiero decir que su libro tiene la importancia de hacer llegar el psicoanálisis, la lectura que permite el psicoanálisis sobre los temas candentes de nuestra contemporaneidad a los lectores, psicoanalistas o no, interesados en nuestra sociedad, en donde la ideología imperante parece ser efecto de lo que el psicoanálisis mismo introdujo, pero ir en contra de sus fundamentos y del parletre. Si los psicoanalistas no tomamos la palabra, esta actualidad, ¿llevará a la desaparición del psicoanálisis como lo había vaticinado Lacan? El libro de Vilma Coccoz muestra lo contrario.
LETICIA MOSCONI, integrante del Taller de ERINDA.
Una pregunta sobre el Capítulo Tres profesiones imposibles: educar, curar, gobernar.
En este capítulo Vilma retoma el planteo freudiano en relación a tres oficios imposibles: educar, gobernar y analizar. Destaca los puntos de encuentro entre ellas: se trata de acciones “sociales” ya que vinculan a los seres humanos entre sí, se ejercen en el dominio de la palabra y el lenguaje y reflejan una disimetría entre los seres hablantes implicados.
Destaca que el meollo de la cuestión se centra en el ejercicio del poder que está implicado en estas acciones, ya que estas prácticas están orientadas a producir una transformación en los sujetos a quienes éstas se dirigen.
A partir del psicoanálisis podemos situar una diferencia, ya que esta práctica surgió de la renuncia al ejercicio del poder. Es justamente a partir de la renuncia de Freud a la hipnosis que podemos situar a la transferencia como el verdadero resorte de la acción analítica.
Más adelante, Vilma hace referencia a una mutación en relación al saber en el momento de la civilización que estamos atravesando, en donde éste se encuentra a disposición, en el bolsillo, ¿Cómo podemos pensar la transferencia actualmente? ¿Qué consecuencias tiene esta mutación en relación al Sujeto Supuesto Saber? ¿Podría pensarse la transferencia más ligada al amor? En tal caso, ¿cómo se produce ese viraje? ¿en qué podría notarse esta diferencia?
ESTEBAN MUÑOZ, integrante del Taller de ERINDA.
Una pregunta sobre el capítulo La distinción del autismo
La lectura de “La distinción del autismo” fue sin dudas para mi toda una experiencia enriquecedora, no solo por el exhaustivo y profundizado recorrido a través de material bibliográfico y audiovisual imprescindible en cuanto al testimonio de los autistas y familiares y las contribuciones del psicoanálisis, sino también porque parte del mismo era inédito para mí, hasta entonces. Cada uno de estos recorridos me ha generado tal inquietud, que gratamente me ha acercado a producciones como las del jovén de 13 años Naoki Hagoshida en “La razón por la que salto” o la de la profesora canadiense Michelle Dawson (ella misma autista) con “La mala conducta de los conductistas, como así también los de Josef Shovanec en “Yo pienso diferente”, desconocidos para mi hasta el momento y fuente de importantes enseñanzas en cuanto al modo en que los autistas piensan, sienten y se las arreglan con el mundo.
Por la situación sanitaria actual y las condiciones de restricción de las actividades, tanto los abordajes individuales como así también los institucionales se vieron en la necesidad de recurrir a los medios virtuales para sostener el trabajo, recurriendo más que nunca a continuas invenciones para poder llevar a cabo lo que de este trabajo sea posible, quedándonos siempre dudas en cuanto a cómo pensar los efectos, así como también a lo que concierne a la práctica institucional. Entonces, lo que me gustaría preguntar es que es lo que te parece importante destacar de este empleo de lo virtual, que se puede pensar del trabajo institucional en este campo, ya que en algunos momentos parece ser una cuestión de mientras tanto nos vamos arreglando y en otras situaciones parece que se va afirmando como una nueva modalidad.
Como pesquisa Vilma Coccoz, el enigma de Bartleby , convocado a responder a la demanda de participar en una tarea con otros y su contundente respuesta en rechazo a la dimensión de la palabra: “Preferiría no hacerlo”, nos conduce a preguntarnos ¿Cómo hablar con quiénes prefieren no hacerlo? ¿Qué suscitan en la sociedad quienes “nacen fuera del régimen de civilización” como enuncia Naoki Hagoshida?
Mi pregunta se orienta a escuchar un poco más cuáles son las condiciones o las características de la civilización actual que conducen a pretender incorporar, dominar, seducir, curar, a alguien en franca disidencia con el principio del discurso del amo.
Por otra parte, ¿Cuáles son las barreras desde nuestro lugar que dificultan poder responder desde la singularidad, suscitar la confianza como establece Maleval, reaccionar a la singularidad como lo hace la madre de Theo, ofrecer la disponibilidad como lo ha posibilitado la invención de las instituciones que trabajan desde la práctica entre varios?
Entonces, resumiendo las preguntas serian las siguientes:
1. ¿Qué suscitan en la sociedad quienes “nacen fuera del régimen de civilización” como enuncia Naoki Hagoshida?
2. ¿Cuáles son las condiciones de la civilización actual que conducen a pretender incorporar, dominar, seducir, curar, a alguien en franca disidencia con el principio del discurso del amo?
3. ¿Cuáles son las barreras desde nuestro lugar que dificultan poder responder desde la singularidad?
Ilustración: Ottokim.